
Ayer, 20 de agosto, la Comisión Primera del Congreso aprobó la llamada Ley Simona, un proyecto que busca transformar la manera en que la legislación colombiana reconoce a los animales de compañía. La iniciativa, impulsada por la senadora Andrea Padilla y el congresista Duvalier Sánchez, plantea que los animales no deben ser tratados como bienes materiales u objetos, sino como miembros de una familia.
El congresista confirmó que el proyecto busca modificar algunas normas del Código Civil y del Código General del Proceso para reconocer y proteger los vínculos afectivos que existen entre los animales y las familias, especialmente en casos de divorcio.
De convertirse en ley, se espera una disminución en los casos de abandono animal al garantizar una mayor seguridad jurídica sobre la tenencia. Este marco jurídico proporcionaría justicia especializada para los casos con animales de compañía y, por otro lado, posicionaría a Colombia como referente regional en materia de protección animal, avanzando hacia una justicia especializada que considere a los animales como sujetos de derechos.
Dentro de los puntos clave del proyecto se incluyen medidas relacionadas con el cuidado, las visitas y la manutención económica de los animales en procesos judiciales de divorcio o separación. Daría competencias a los jueces de familia para establecer la custodia, el cuidado y las visitas de los animales. Además, en los procesos de divorcio de común acuerdo, se exigiría la concertación de los gastos para la manutención, la custodia, el cuidado personal y el régimen de visitas. Un juez podría imponer medidas en caso de incumplimiento de las obligaciones establecidas en los acuerdos o en las sentencias judiciales, incluyendo la pérdida de la propiedad, la posesión o la custodia del animal.
Este debate abre la puerta a nuevas formas de garantizar el bienestar de perros, gatos y demás animales que hoy conforman las familias multiespecie, reconociendo los vínculos afectivos desde lo psicológico, social, emocional y etológico.
Una familia multiespecie es aquella que incluye a los animales como miembros fundamentales y con un rol afectivo, más allá de una simple tenencia. Este concepto evoluciona la idea de familia tradicional al reconocer la reciprocidad, la colaboración y el cuidado mutuo entre los seres humanos y sus mascotas, quienes participan activamente en el núcleo familiar.
Otro aspecto clave es la inclusión del maltrato animal como causal de divorcio, un avance que reconoce la gravedad de la violencia contra los seres sintientes dentro del ámbito familiar. También se contemplan medidas cautelares que buscan garantizar su protección inmediata mientras se desarrollan los procesos en los tribunales.