Juan Sebastián Castellanos
Consejero Local de Juventud de Barrios Unidos – Bogotá
Para nadie es un secreto que estudiar, trabajar y hacer política tiene sus retos, y mas si se trata de manejar una agenda; pero, aun así, nos toca responder por los objetivos que diariamente tienen que ser cumplidos.
Los y las jóvenes a diario vivimos ese desafío de sacar adelante nuestra vida profesional, sin importar los altos o los bajos que se nos presenten para llegar lejos y así llenar de orgullo a nuestras familias. En este nuevo paso de llegar al Consejo de Juventud muchos llegamos con las expectativas altas, porque es tan solo un inicio de nuestra vida.
Sin embargo, este es un inicio complicado porque como bien lo dice el titulo esto es un reto. El hecho de responder por la universidad, obteniendo un buen promedio es duro y más si se trata de una presión impuesta por la universidad o nuestras familias. Ahora, pensemos en aquellos que trabajan porque necesitan generar un ingreso para suplir las necesidades; un ejemplo claro de ello es sacar una carrera universitaria adelante ya que se necesita de una inversión, que en su mayoría ocasiones, se logra trabajando.
Es por ello que no es fácil mantener una vida de estudio y, mucho menos, si se suma la carga laboral. Sin embargo, hay que resaltar que el Consejo de Juventud, a pesar de que no demande mucho tiempo, es una responsabilidad por la que debemos responder puesto que fueron los y las jóvenes que votaron, convencidos de que el cambio inicia haciendo parte de proyectos y del control político de juventud. Es por ello que realmente nos enfrentamos a un escenario más complejo.
Como Consejeros de Juventud, estamos obligados, por Ley, a sesionar una vez al mes como mínimo, también debemos hacer rendición de cuentas para así cumplirle a cada municipio, ciudad, o localidad donde representamos a la juventud.
Pero, es un orgullo y es de resaltar que estos espacios para los jóvenes se lograron gracias a las manifestaciones sociales en las que muchos de nosotros dimos la cara en las calles gritando arengas o compartiendo ollas comunitarias. Y es por eso que, en este preciso momento, estamos recogiendo el resultado de esa lucha. Sabemos que no es nada fácil cumplir con tres o mas objetivos a la vez, pero de algo estamos convencidos y es que, si realmente queremos dejar una huella en el futuro de este país debemos seguir cumpliendo con nuestras obligaciones.
Obligaciones como obtener un título universitario que, tristemente pesa más que la experiencia vivida, y la vida laboral que, es potencialmente necesaria para lograr nuestras metas económicas a corto o largo plazo. Además de luchar por un mejor futuro en Colombia.
Sabemos que se requiere de un trabajo duro en los espacios de participación juvenil, donde por medio de pequeñas acciones sociales se pueden marcar puntos importantes para transformar el presente que llevará a grandes cambios para el futuro. Los jóvenes no somos el futuro somos el presente.
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