El Representante a la Cámara por Risaralda, Alejandro García Ríos, alertó sobre el riesgo que están corriendo las inversiones en infraestructura hotelera por el aumento en la tasa del impuesto sobre la renta, que se aplica a hoteles nuevos o remodelados, contemplado en el Proyecto de Reforma Tributaria a pesar de que la reactivación del turismo es tema prioritario de la agenda del Gobierno Nacional.
Durante la sesión de la Comisión VI de la Cámara de Representantes, en donde estuvo presente el Ministro de Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña, el Representante García Ríos aseguró que, actualmente, a hoteles nuevos o que hayan sido remodelados se les aplica una tasa preferencial del 9%, pero este impuesto, tal y como está contemplado en la tributaria, pasaría de golpe al 35%.
Esto, sumado al fin del beneficio tributario que consiste en la exención del IVA a la prestación de servicios de hotelería y turismo, vigente hasta el 31 de diciembre del presente año, podría llevar a una desaceleración en la reactivación económica del sector.
“Si no hay gradualidad en el fin de la exención que había del IVA y lo pasamos de una vez al 19%, porque eso se dio alrededor de pandemia, va a golpear al sector.
Y yo le digo una cosa, en Risaralda el promedio es de 25 camas en los hoteles, muy familiar. Solamente 8 hoteles pasan de 50 camas en Risaralda y solamente 2 pasan de 150. Entonces, en realidad es un sector que, en Quindío, en Risaralda, en Caldas, compete a familias campesinas que cultivan café y que convirtieron sus casitas en hospedajes. Con estos cambios, son los pequeños y medianos hoteles quiénes se verían más afectados económicamente, por lo que es importante tener en cuenta el tema de la gradualidad en el aumento de estos impuestos”.
García Ríos aseguró que, aunque está de acuerdo en que deben levantarse gran parte de los beneficios tributarios que se han otorgado durante los últimos años, esto debe hacerse con cierta gradualidad para que los sectores más golpeados por la pandemia, como el turismo, puedan adaptarse progresivamente a estos cambios sin verse abruptamente afectados. Además, aseguró que, hablando específicamente del impuesto sobre la renta, el fin de estos beneficios debe venir acompañado de una rebaja en la tasa general del 35% a la que se ven sujetos los empresarios.
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