La presidenta del Concejo de Bogotá y concejala del partido Alianza Verde, Mafe Rojas, resalta que fechas como estas permiten poner de presente la realidad del cuidado en el país. Existe una evidente concentración de estas tareas en cabeza de las mujeres.
Hoy 5 de noviembre se conmemora el día internacional de la persona cuidadora. Fechas como estas permiten poner de nuevo de presente la realidad del cuidado en el país y en el Distrito. La inequidad es evidente. Del total de tiempo que se destina en los hogares colombianos al cuidado directo, que implica mayor grado de dedicación exclusiva, el 76,2% lo proporcionan las mujeres y el 23.8% los hombres. Esto tiene consecuencias en el tiempo disponible de las mujeres.
Tienen una hora 13 minutos menos que los hombres para la recreación; 41 minutos menos al día para la educación y 2 horas 15 minutos menos para realizar un trabajo remunerado. En Bogotá la situación no es muy diferente. El tiempo promedio diario que dedican las mujeres a trabajo doméstico y de cuidado no remunerado es el doble respecto al de los hombres. En estratos más vulnerables la situación es aún más evidente.
Para empeorar las cosas la pandemia demostró que la preocupación que la CEPAL manifestó desde inicios de 2020 era acertada. Alertó sobre la necesidad de que las políticas desarrolladas en la región deberían tener un enfoque claro de género para que el tiempo de las mujeres no se convirtiera, como ha sucedido a lo largo de la historia, en un factor de ajuste del que los Estados disponen para afrontar la crisis y los nuevos escenarios económicos.
La pandemia profundizó la brecha y las cifras lo revelan. Por ejemplo, la cantidad de mujeres cuya actividad principal son los oficios del hogar pasó de 630 mil en 2019 a 970 mil en 2020. En 2021, algunas retornaron a sus actividades laborales, pero 130 mil no lo han logrado, según los datos que presenta la administración en la sustentación del proyecto de Presupuesto de Bogotá para 2022.
Es innegable que la apuesta por el Sistema Distrital de Cuidado, tanto en el plan de desarrollo como en el proyecto de POT, es un desafío que debe convocar los esfuerzos de todos los actores sociales de la ciudad.
Como lo ha mencionado la presidenta, es una forma distinta de ver varios problemas urbanos y el ordenamiento de los equipamientos sociales. Tendrá grandes desafíos como la articulación interinstitucional y es verdad que aún tiene varios temas por mejorar como, por ejemplo, el reclamo justo que hacen sectores como las personas con discapacidad y las personas mayores para no ser considerados solo como sujetos de cuidado sino como una población con metas y demandas específicas.
Una incorporación tan clara de este tema de género y cuidado en la agenda pública es un paso fundamental para lograr equidad de género, al tiempo que se dan los pasos para dignificar los servicios sociales, o mejor derechos sociales, de la población bogotana.