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Nuestros territorios como virtud en aras al futuro

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Andrés Quiceno Arcila
Consejero Municipal de Juventud
Manizales - Caldas

Colombia es un territorio que cuenta con una gran biodiversidad, lo que la hace integrar un selecto grupo de 12 países a los cuales se les denomina “países mega diversos”, estos se caracterizan por tener una gran variedad de riquezas ambientales; pero en nuestro caso específico entre esos 12 países, somos el segundo país con más biodiversidad del planeta. Gracias a que contamos con el privilegio de tener diversas riquezas naturales, una variedad de ecosistemas y una belleza geográfica de gran magnitud.

Esto nos lleva a reflexionar sobre el papel o el rol que nosotros los jóvenes tenemos en visión al país del mañana, debemos re pensar en la forma en cómo estamos consumiendo, construyendo y distribuyendo nuestros territorios en la actualidad y articularlos hacía el futuro.
 
Teniendo en cuenta el contexto mundial actual donde se están desatando guerras por las fuentes de energía y hasta por las mismas fuentes hídricas, debemos ser más conscientes y responsables con las virtudes que cuenta nuestro país, al ser una joven nación, pero lastimosamente sometida a muchísimas problemáticas sociales que han impedido el progreso de una mejor manera en ciertas regiones del país en comparación con muchas otras. Viendo así la forma en como hemos construido nuestra nación y como también ha sido explotada y saqueada por las grandes compañías internacionales y la corrupción, debido a que han extraído a lo largo de la historia nuestras grandes riquezas naturales.
 
Desde un punto de vista más positivo puede ser una gran ventaja si pensamos en el país del mañana, podríamos imaginarnos un país que suministre su energía de fuentes renovables, sacándole provecho como por ejemplo a la irradiación producida en ciertas zonas del país o a los fuertes vientos de la Guajira, imaginemos las urbes más dignas y amigables, seguras y tranquilas, el campo con mejores condiciones de producción sostenible, las diferentes regiones conectadas por medio de sistemas intermodales de transporte sostenibles que facilitan el intercambio de comercio,  pasajeros y conocimiento.
 
Estamos en un punto de inflexión de la humanidad donde tenemos la opción y la oportunidad de aprender de los errores que hemos cometido como país y de los errores cometidos por países del primer mundo en cuanto al impacto negativo generado al planeta por la producción en masa de gases de efecto invernadero derivados de las industrias, producción masiva de plásticos y devastación de ecosistemas, esto ha producido un aumento en la huella de carbono generando repercusiones de todo tipo para la humanidad y la vida misma.
 
Cómo colombianos estamos a tiempo de generar y sustraer acciones exitosas de otros países para poder seguir hacia adelante como país dando una trazabilidad a futuro para la planeación sostenible alrededor de nuestros territorios y biodiversidad, es importante también entender el contexto histórico, que por cierto es diferente en cada región, es vital sanar, perdonar por el bien de todos y tenerlo presente, no olvidarlo para no repetirlo.
 
Más allá, creo que estamos preparados como sociedad para dar un siguiente paso para seguir creciendo como país, llevar la imaginación colectiva y el diálogo social a un segundo plano, lo que nos lleva a repensar en cómo estamos generando el desarrollo social, cultural, económico, político y en sí ambiental, en especial cuando nuestras vidas se desarrollan alrededor de los diversos ecosistemas ambientales de cada región del país.
 
Sin embargo, es importante resaltar con números la biodiversidad que contamos en el país para amplificar la magnitud del potencial que tenemos si nuestras políticas nacionales se fortalecen hacia un desarrollo sostenible y ambiental, en especial en aquellas regiones como el Chocó biogeográfico, el área andina y el sur del país.
 
Para el año 2016 el Ministerio de Ciencias (Minciencias) estimaba 54.871 especies registradas, con 3.625 exclusivas de la región y contando también con 30.436 especies de plantas, 32 biomas terrestres y 314 tipos de ecosistemas. Sumándole a esto el 1.7% del territorio nacional está compuesto por ecosistemas de páramos los cuales son únicos de nuestra región integrada por Venezuela, Colombia y Ecuador; estas plantas son bastante curiosas ya que absorben y generan agua, crecen 1 centímetro por año y se dan exclusivamente gracias a ciertas características de nuestros ecosistemas, como lo son la altitud y la humedad. Pero no siendo suficiente estos ecosistemas de páramo brindan el 70% del agua para el país, y es ahí cuando uno se pregunta ¿Por qué hay comunidades que no cuentan con agua potable para su goce y consumo sano, pero si para las empresas mega mineras en ciertas regiones del país?
 
Por fortuna Colombia ha venido reforzando las legislaciones entorno a la protección ambiental, pero esto no ha sido suficiente ya que paradójicamente somos el país con más líderes ambientales asesinados, y en honor a aquellos que han luchado por la protección de nuestros páramos, montañas, selvas, aguas y desiertos.  Nosotros los y las jóvenes jugamos el papel más importante, debemos comenzar a abanderarnos del medio ambiente e insistir al gobierno nacional independientemente de quien entre próximamente a gobernar la nación  a cumplir con la implementación del acuerdo de Escazú que busca contribuir a la protección del derecho de todas las personas de las generaciones presentes y futuras a vivir en un medio ambiente sano y al desarrollo sostenible, es el primer tratado regional ambiental de América Latina y el Caribe que garantiza el pleno y efectivo ejercicio de los derechos de acceso a la información ambiental, participación pública en los procesos de toma de decisiones ambientales y acceso a la justicia en asuntos ambientales.
 
La invitación a los y las jóvenes de Colombia es a que participemos activamente de los espacios de participación donde se construyen, deciden y asignan recursos para la planificación y organización del territorio al igual de las iniciativas que buscan proteger, regular y aprovechar los recursos medioambientales de manera consciente.

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